“La grandes catástrofes se preparan verbalmente”, dice Roberto Jacoby en un fragmento de su intervención durante la presentación de “Diarios del Odio”. Una performance teatral concebida por Silvio Lang, en torno al poemario que Jacoby, junto a Syd Krochmalny, escribieron en 2014, en base a los brutalmente ofensivos comentarios online de los lectores y lectoras de las versiones digitales de La Nación y de Clarín. Intervención en las paredes de la Universidad de General Sarmiento curada por Mariela Scafati.
SAQUEN SUS ARMAS DE NUESTRAS CABEZAS
PONGAMOS UN LIMITE ABSOLUTO AL IMPERIO DEL ODIO
Cuadernos que curan insomnios, que alojan bocetos de felicidades futuras. Superficies de papel para nombrar, con lápices, con fibras, una vez y otra vez, el mundo y sus posibles infinitos. Claudia Del Río conversa con Mil Faros sobre la gestación de su libro-ladrillo Ikebana Política, reeditado recientemente por Ivan Rosado Ediciones, y nos convida hojas sueltas, dibujos de entrecasa, paisajes de su bitácora afectiva.
Estrenada en la muestra “Transformación. La Gráfica en desborde”, organizada por el Museo Nacional del Grabado en la Casa Nacional del Bicentenario, con curaduría de Silvia Dolinko y Cristina Blanco
A las calles | Afiches y grabados para cambiarlo todo
Afiches realizados a mano en México encuentran eco en el sur del continente y se replican en paredes callejeras en donde la historia se reescribe y reimprime en clave feminista, antipatriarcal, plurinacional. Un grito-acción: ¡Vivas nos queremos!. Y una práctica que se expande en cada madera tallada, en cada nueva señal anónima, colectiva y urgente para frenar los femicidios, para cambiarlo todo.
Estrenada en la muestra “Transformación. La Gráfica en desborde”, organizada por el Museo Nacional del Grabado en la Casa Nacional del Bicentenario, con curaduría de Silvia Dolinko y Cristina Blanco.
Conversaciones | Un encuentro con el colectivo audiovisual Ara Pyau
¿Cómo nos atraviesan los territorios? ¿Cómo los habitamos? ¿Podemos pensarlos por fuera de la lógica occidental que impuso fronteras donde no las había? Para los jóvenes del colectivo audiovisual mbyá-guaraní Ara Pyau su territorio es un corredor biológico, cultural y afectivo que no se amolda obediente al trazado de los bordes de los Estados. Las herramientas que usamos para narrarnos y representarnos tampoco pertenecen a un territorio en desmedro de otros. En tiempos en donde los inescrupulosos incendian el poco monte nativo que queda en Misiones, lanzamos la segunda parte de la conversación que mantuvimos con los integrantes del colectivo Ara Pyau en el Encuentro Internacional de Realizadores Oberá en Cortos 2019. El cine y el monte, el valor de los ríos, las plantas, los animales, todo es parte de una familia extendida.
El después de la vida del Diego arrancó con el pie izquierdo, como no podía ser de otra manera, desatando intensidades, amores y pasiones al igual que en sus 60 años de agite. Más que un final de juego la jornada del 26 de noviembre de 2020 será recordada como el febril comienzo de una eternidad poblada de altares colectivos que ya alumbran su memoria y la nuestra. Desde Mil Faros lo homenajeamos con un recorrido por dos estaciones del planeta Maradona, los barrios porteños de La Paternal y Villa Devoto, en donde (también) dejó su marca imborrable.
Conversaciones | Un encuentro con el colectivo audiovisual Ara Pyau
Ancestral y presente como el maíz, originaria y más vital que nunca, la cultura de las comunidades mbya-guaraníes nace, crece y se expande por territorios de nuestro inmenso continente. Su lengua y su música perforan fronteras impuestas; sus relatos disputan sentidos contra el racismo, los prejuicios, el desconocimiento o la indiferencia. Conversamos con el colectivo audiovisual Ara Pyau sobre los desafíos que las generaciones más jóvenes asumen: crear medios y narrativas propias, tomar las herramientas audiovisuales para esculpir un nuevo tiempo, irrumpir en las pantallas para que florezcan libres otros imaginarios. ¡Tierra y televisión!
¿Cuántas pandemias tenemos que atravesar para cambiar nuestros modos de producir y vivir?
El jueves 8 de octubre de 2020 la acción colectiva #ArdeCórdoba multiplicó en paredes de edificios, casas y calles de esa provincia y de otras ciudades de nuestro país las llamas de los bosques y el dolor de las comunidades, en un grito que conectó territorios. Para visibilizar de manera contundente el ecocidio que está sufriendo Córdoba (y otras trece provincias de la Argentina). Desde Mil Faros nos hacemos eco de esta acción, con una edición urgente que reúne registros, fotografías y documentos producidos de modo colaborativo. Invitamos a propagar estas imágenes-sonidos que se plantan y aseguran: El Estado Provincial es responsable. ¡Donde hay cenizas, habrá monte! ¡donde hubo incendios, habrá bosques!
Al Oído | Microconcierto y conversación con el amaestrador de cuerdas
Mariano Rodriguez cultiva más de una tradición ferroviaria. En sus creaciones con guitarras acústicas con cuerdas de acero, en sus labores gráficas, en su modo de andar los territorios (siempre confrontados a los mapas escolares) se respira un aire de estación de tren, con bancos de madera que no saben de apuros, rieles que brillan cuando asoma la luna o unos faroles anuncian un regreso. Hijo y nieto de laburantes del gremio, Mariano improvisa reflexiones en diálogo con la sección Al Oído de Mil Faros, luego de un concierto para amigxs, en una librería de sus pagos juveniles.
Agradecemos a Espacio Invisible, sede del microconcierto, y a Estudio Nogal, por alojar esta conversación y estas pizcas musicales, registradas en junio de 2018, allí donde los sures (patagónicos, conurbanos, bluseros) se funden.
El artista visual Rodrigo Noya dialoga con las “20 hipótesis sobre comunicación conectiva”
¿Qué modificaciones introducen los aparatos de la mediósfera en el entorno? ¿Qué grado de resonancia irradian? ¿Qué reglas de juego de uso colectivo podemos crear en el vínculo con nuestras máquinas? El artista visual Rodrigo Noya dialoga con las “20 hipótesis sobre comunicación conectiva” y comparte algunas situaciones del espacio público: monitores homeless, delirando marea de bits, no sabemos lo que puede una pantalla en la calle, hechizo imaginal
20 hipótesis sobre comunicación conectiva. Por Juan Sodo
1. En el fondo, muy en el fondo, si algo demuestra la disyuntiva planteada entre economía y vida es que la economía, así como la conocemos, es algo que no tiene nada que ver con la vida. No al menos con la vida entendida como existir, que no es lo mismo que funcionar. Son dos lógicas distintas. Existir supone conflicto, inadecuación, tiempo muerto, incomodidad. Funcionar supone funcionar.
2. La novedad del sueño técnico, dice Christian Ferrer, es que el cuerpo vale ya no en nombre de ninguna interioridad a preservar o fortalecer sino como cosa en sí misma. Que rinde, produce y se concibe a la manera de las máquinas, articulando criterios progresivos de maximización y utilidad. Y si para la mentalidad técnica el cuerpo es máquina, ¿por qué no se iba también el lenguaje a maquinizar?
3. El poder para Foucault es productivo. Opera no tanto en lo que prohíbe como en lo que hace-hacer. El poder en el lenguaje para Barthes, igual. Está no tanto en lo que censura como en lo que hace-decir. La inercia poderosa del funcionar se refleja en nuestros días en la imposibilidad de desconectarse. Los automatismos discursivos y las inercias lingüísticas, por su parte, adoptan las formas del emitir.
4. Llamamos emisionismo a todo ese conjunto de mensajes, signos, ondas, señales visuales, textuales y sonoras que emitimos constantemente para mantenernos laboral, subjetiva y económicamente productivos. Formas que operan menos con los criterios orgánicos del querer-decir que con los criterios mecánicos del postear, el responder, el opinar, el comentar, el auto-promoverse o el compartir.
5. Algo más: todo poder siempre engendra una falta. La falta hoy se manifiesta de un modo doble. Por un lado, como deuda corporativa en nuestras plataformas, aplicaciones y pantallas. Hace mucho que no actualizas tu foto de perfil… Por otro, como deuda subjetiva propia del desfasaje que plantea Bifo entre la capacidad exponencial de los emisores digitales y la capacidad finita de los receptores orgánicos.
6. La limitación biológica de nuestro cerebros, ojos y oídos, ese nunca poder llegar a procesar todo lo que en la mediósfera generamos instala la sensación de que siempre hay algo que no llegamos a ver, a leer, algo de lo que tal vez no nos estamos enterando y nos podemos perder. Sensación soporte, por qué no, para el hombre endeudado (Paula Sibilia) y la sociedad del cansancio (Byung Chul Han).
7. La mediósfera está hecha de una convergencia entre distintas materialidades (pantalla, papel, sonido), temporalidades (lo vivo y lo periódico, el directo y el grabado), tecnologías de la palabra (oralidad y escritura), resonancias y predisposiciones, prácticas de producción y consumo de contenidos, broadcasting y podcasting, posiciones de interacción y expectación, mediaciones e hipermediaciones.
8. En la propia materialidad de un objeto está cifrado su sesgo, su predisposición. Por su bajo umbral sensible, las palabras escritas en papel -signos negros sobre fondo blanco- no son algo especialmente atractivo de ver. Si las miramos es por las ideas que viajan en ellas. Su sesgo va tender siempre hacia lo intelectual. Por tener luz en cambio, colores, sonidos y movimiento las pantallas estarán predispuestas a lo espectacular.
9. ¿Qué escena corporal supone la conexión con un determinado aparato? ¿Cómo está el cuerpo en esa escena? ¿Quieto o en movimiento? ¿Solo o acompañado? ¿En silencio o no? ¿Teniendo que prestar atención exclusiva o pudiendo hacer otras cosas mientras tanto? ¿Siendo más interpelado en sus capacidades crítico-reflexivas o en sus fibras pasionales-afectivas? ¿Haciendo qué operaciones para conectarse?
10. ¿Qué modificaciones introducen los aparatos de la mediósfera en el entorno? Entorno en un sentido concreto (la hipertelevisión, por ejemplo, generó una disgregación de “la familia reunida frente al televisor”) pero también en un sentido metafórico. Los neologismos, las nuevas palabras son parte del entorno modificado. Spoilear, googlear, linkear no existían previo a una determinada práctica mediática.
11. ¿Qué grado de resonancia irradian? Una vez que nos habituamos a percibir la vida a través de un medio, seguimos percibiéndola a través de ese medio aún su ausencia. Ejemplo: una vez que incorporamos la escritura, empezamos a estructurar nuestro pensamiento y nuestra expresión a la manera de la escritura, que como tecnología, como matriz mental, sigue resonando también cuando hablamos, no solo cuando estamos escribiendo.
12. Para Mcluhan todo medio extiende y contrae algo. Estimula y atrofia. Desarrolla a la vez que empobrece algo. Ese “algo” puede ser una parte del cuerpo, un sentido, una función o una destreza cognitiva. Los aparatos contemporáneos son máquinas de des-presentificación, dice Valle. Aumentan la posibilidad de acceso al mundo a la vez que disminuyen nuestra capacidad de estar en las cosas.
13. Aumentación y disminución, pérdida y ganancia. En esa clave de ying y yang mcluhaniano podríamos pensar a los objetos de la comunicación conectiva en la actual mediósfera. Desde Twitter a Tik Tok, de Instagram a Zoom, los memes y los fake news, Twich, los videojuegos, Tinder, Youtube y Netflix, desde las cámaras fotográficas hasta las aplicaciones del llamado capitalismo de plataformas.
14. La formación recibida en carreras de comunicación pensaba la crítica para un paradigma de medios tradicionales. Tenía una impronta fuertemente instrumentalista, contenidista y denuncista. La verdad todavía era un valor. Si los medios eran instrumentos productores de contenidos que se pretendían neutros pero que en realidad estaban al servicio de intereses dominantes, entonces la crítica pasaba por develar la falacia.
15. ¿Pero qué pasa cuando los medios constituyen nuestro ambiente, el líquido amniótico que habitamos? ¿Dónde queda la crítica cuando los que generan mensajes ya no son sólo los medios tradicionales o los especialistas a través de sus instrumentos sino cualquiera del nosotros colaborativo? A su vez, ¿qué pasa cuando el emitir es inherente a lo que la época nos hace hacer para mantenernos productivos y rendir?
16. ¿Sigue siendo disruptivo limitar la postura crítica a denunciar las mentiras de Clarín? Si la resonancia de un medio no moldea tanto el qué pensamos y decimos como el cómo pensamos y lo decimos, aparte de argumentar en contra de lo que dijo Leuco, ¿no se insinúa como potente encontrar también maneras de sustraernos de las lógicas de la opinión y el panelismo en nuestras vidas cotidianas?
17. Dos tentaciones. Una, el moralismo de la argumentación: a la habladuría sin argumentos del otro oponerle el peso de los fundamentos, las pruebas, la verdad, los documentos y pretender que eso, propio de una epistomología alfabético-letrada, siga teniendo una validez superior. Otra, el productivismo de la contra-información: ¿y si el problema estuviera justamente ahí, en la información?
18. ¿Cómo interpela este panorama a las redes de colectivos y espacios autogestivos que vienen sosteniendo prácticas de comunicación comunitaria? ¿Qué balance hacer desde ahí hoy? ¿Habría posiciones y activismos posibles más allá de las figuras del regulacionismo (materializado en la truncada Ley de medios), la protección de los datos, el llamado a la desconexión o la liberación del algoritmo?
19. Como especie hemos tomado conciencia de los peligros que nos amenazan, escribe Herzog. Comprendemos por ejemplo que el poder nuclear entraña un peligro real para la humanidad. La falta de un imaginario adecuado, dice, es un peligro de igual magnitud. ¿Qué les hemos hecho a nuestras imágenes?, ¿qué les hemos hecho a nuestros paisajes degradados? Si no desarrollamos imágenes adecuadas, afirma, nos extinguiremos como los dinosaurios.
20. Si algo tiene la sobreproducción de imágenes maquínicas es que saturan la imaginación. Inhiben la capacidad de generar imágenes propias, orgánicas, autónomas. Si la imaginación de una vida no-capitalista ya venía estando bastante cancelada, el loop de la pandemia exacerbó esa obturación. ¿Cómo sería vivir de otra manera? Para la crisis global que viene, ¿son las imágenes un campo de batalla?